Tuesday, June 21, 2005

A letter to all from Abi & her husband Juancho


Abigail Stisin

I hope your Spanish is good. Here is a letter which has been sent to us explaining their ADVENTURE. Please take time to read it, it's worth while.

¡¡Hola a Todos!!
Con mi primer cigarro en 10 días, os escribo nuestra última desventura mientras le dicto esta carta a mi mujer, en la que ella colabora con mucha gracia, poniendo de su cosecha..Esperamos no aburriros por culpa de un “cabrón de mosquito”.
Las últimas noticias no son muy buenas... Hace una semana que estamos en el hospital de la capital de Orissa, ya que todo el equipo menos Abi ha contraído la malaria. Hemos tenido que suspender la grabación hasta Septiembre ya que además se nos están echando encima las lluvias pre-monzónicas.
No sabemos exactamente donde ocurrió, pero los 4 hombres del equipo sufrimos al mismo tiempo los síntomas...

Estábamos subiendo las montañas con 15 porteadores. La caminata era de 3 horas y hacía un calor infernal (temperaturas de hasta 48 º C , no os exagero). Nos dirigíamos a la segunda tribu: Los Bonda, en una aldea muy recóndita donde no saben siquiera como saludar agitando la mano. De repente el protagonista del primer capítulo (el afectado del Tsunami) y yo, empezamos a encontrarnos fatal y con fiebre. Así que decidimos dar la vuelta y que el todoterreno nos llevase al hospital más próximo. Allí nos hicieron análisis de sangre y orina . En ese momento la malaria dio negativa, pero como teníamos sangre en la orina nos hicieron análisis y resultó según el hospital, que teníamos infección de orina y nada más. Nos dieron antibiótico y paracetamol. Al “prota” le dejamos ingresado por que también se le complicó con problemas de diabetes (y nunca antes se había puesto insulina). El chofer nos llevó a la pequeña ciudad más cercana que estaba a una hora. Nos quedamos en un hotel que por supuesto no tenía agua caliente, ni aire acondicionado y las sábanas estaban con moho. Como Abi es tan previsora, llevaba un juego de sábanas en una mochila de emergencia que ella lleva siempre y por lo menos pudimos “dormir” limpios. También pidió que trasladasen una nevera a nuestro dormitorio para tener agua mineral fría. Esa misma noche yo volaba en fiebre, vómitos, mareos, dolor general en articulaciones y pinchazos en la cabeza. Así que por la mañana “mi rubia” tomó una muestra de mi sangre con un kit que compramos para detectar malaria y dio positivo la “falciparum” que es la peor. Me sacó más sangre y corriendo se la llevó al mejor médico de la ciudad, donde repitieron el test, pero según ellos y su microscopio, el parásito era el común, tipo “Vivax”, y que “supuestamente” no es el mortal. De inmediato, me dieron pastillas e inyecciones para matar al “bicho”, pero seguía sintiéndome de pena. Así estuve 2 días intentando reponerme y el médico siempre le repetía lo mismo a la rubia: “Mam it takes time”..Traducción: “Señora es Ud. un plomo”. Abi me dijo que no se fiaba nada por que los resultados le parecían confusos y que las pastillas que me habían dado no eran las mismas que un médico de la capital nos había recomendado. Así que llamó a nuestro contacto de la Cruz Roja Española en Orissa, a nuestra Santa Virgen Lourdes Pérez, que indagó preguntándole al médico como estaba la situación con repetidas llamadas.

Mientras tanto, llegó al hospital el resto del equipo con los mismos síntomas, pero a “lo Indio”: no sienten el calorazo, les da igual en que sábanas duermen y por supuesto el agua que beben... ¡¡así que yo vomitaba por todos ellos juntos!!
Todo el equipaje y material de grabación quedó atrás con nuestro guía-traductor local que se había quedado al cargo en las montañas de la aldea Bonda. Junto con el dueño del hotel, Abi organizó la recogida del equipaje enviando una expedición que duró 4 horas de ida en todoterreno, 3 horas de caminata con porteadores hasta la aldea, otras tantas de vuelta y llegada del vehículo hasta el hotel, mientras se ocupaba de mi precaria salud sin dejarme ni a sol ni a sombra. Seguidamente mandó un taxi para recoger al resto del equipo que esperaba en el hospital cutre y los metió en un tren (de los que recorren 600km y tardan 17 horas) para que fueran yendo al hospital de la capital y ella pudiese ocuparse de mi al 100%.

Os pongo en situación: 9 de la noche y 40 de fiebre, vamos que si nos descuidamos, en pocas horas el parásito de la malaria echa al gusano del anisakis por las orejas. Entonces mi ángel de la guarda (Abi), habla con Lourdes Pérez de nuevo y decide que hay que irse urgentemente al mejor hospital de la capital. A las 11 estábamos de camino con un todoterreno más cargado que los moros cuando cruzan el estrecho con un Renault 14 de esos del 68. Eso si, mi enfermera particular me preparó el asiento de atrás enterito para mi, lleno de almohadas y colchas, por aquello de los baches. Parecíamos los de la “loca carrera” de los dibujos animados esquivando vacas sagradas que dormitaban por la carretera y dando botes por el cochambroso asfalto. Ella, que viajaba en el asiento del copiloto, se mantuvo despierta toda la noche hablándole a nuestra ardilla “Bindi” para que el conductor, que no hablaba inglés, no se durmiese por que el trayecto iba a durar unas 10 horas. Después de vomitar durante varias horas en bolsas de plástico que llevábamos para el caso, a eso de las 3 de la madrugada tuvimos que parar en un paso a nivel. El chofer se bajó y llamó a Abi diciéndole: “Mam puncture”.. traducción: señora bájese que la hemos “cagao”.. ASIN que... la pobre me bajó como pudo del vehículo y me tumbó en el suelo con una almohada mientras seguía vomitando y sudando como un pollo a la sombra de la luna a 35 grados. Abi, sumida en la desesperación, después de que el espíritu del gato del Renault intentase por décima vez levantar el todoterreno (en la India no es a la tercera va la vencida es a la décima) y sin nadie alrededor a quién acudir, empezó a llorar amargamente llamando a su madre.. en breves segundos del otro lado de la barrera justo antes de que apareciese el tren, apareció un ENORME autobús con más gallinas y cabras que personas.. A Abi se le abrió el cielo y se acercó agitando los brazos como posesa gritando: “HELP! HELP!”..

Se vio rodeada de 50 indios que rápidamente rodearon el coche mirándonos a los con ojos como platos. Abi haciendo señas, les indicó que ayudasen a levantar el coche y cambiasen la rueda pinchada junto con el chofer que en ese momento recuperó su color moreno ya que camaleónicamente se había vuelto blanco debido a la situación. (Hay fotos).A pesar de que llevábamos aire acondicionado, las almohadas, las colchas y yo, llegamos a la puerta del único hospital privado de la ciudad, en un charco de sudor y vómito a eso de las 11 de la mañana. Gracias a nuestro teléfono por satélite, pudimos avisar a nuestro contacto que se movió mas rápido que George Clooney en la serie EMERGENCIA.

A la media hora de espera en “urgencias” yo estaba con suero (por la deshidratación) y con la quinina adecuada en vena, ya que el tratamiento que estaba recibiendo no arreglaba mi situación.

De nuevo un análisis y sí resultó que había contraído la malaria peligrosa que había que tratar sin más demora.

Mi nueva vivienda durante 10 días ha sido la Habitación 315 del Kalinga Hospital que ellos llaman “Super Deluxe” .. Por los 100 dólares que paga el seguro al día, tenemos 2 camas (con cabecero de terciopelo Burdeos y cortinas a juego) aunque por supuesto más duras que un mármol, baño particular con agua caliente (pero el calentador estropeado), aire acondicionado (y más mosquitos que los 20 cortes de luz al día). Abi está tan obsesionada que anda con 2 sprays antimosquitos, uno para matarlos a ellos y otro para que no nos maten, además de la zapatilla, periódico, cinturón y tiene al secretario del cuarto de guardia en la puerta persiguiendo a cualquier trompetero que ose entrar “en territorio comanche” ya que la rubia está en pie de guerra. Hasta aquí acaba la carta desde la India.
Ahora os escribo desde Madrid. Día 21 Junio 2005.

Por desgracia, al salir yo del hospital, la rubia cayó también con la misma malaria, solo que consiguió llegar a España a los 2 días, pero en estado inconsciente. Ha estado 6 días en la UVI y 3 días más en planta para poder recuperarse en el Hospital Carlos III de medicina Tropical y del Viajero de Madrid, por suerte a cargo de el mejor especialista que es el Doctor Sabino Puente. Ya se encuentra mejor.
Os mandamos un beso muy fuerte, Los Aguilillas de la India.

1 comment:

Amer said...

Abi and Juancho,

I am glad you both are fine now. Best wishes on a speedy and full recovery.

Un abrazo

Amer